El 9% de los 4,5 millones de voluntarios que hay en España son personas con discapacidad
Más de 4,5 millones de personas, el 11% de la población española, desempeñan labores de voluntariado en España, casi tres puntos más que en 2022. A pesar de ello, se observa una caída de alrededor del 2% entre los jóvenes que realizan acciones solidarias.
Así consta en el último informe del Observatorio del Voluntariado que ha editado la Plataforma del Voluntariado de España (PVE), cuyos resultados publicó este lunes este colectivo.
El trabajo pone de manifiesto que más de 4,5 millones de personas, el 11% de la población española, desempeñan labores de voluntariado en España, casi tres puntos más que en 2022.
El perfil del voluntario es el de una mujer con edad comprendida entre 45 y 54 años, que colabora con una causa social desde hace más de cinco años, reside en una gran ciudad (más de 500.000 habitantes), tiene trabajo y disfruta de un nivel de vida medio alto o alto, siendo sus principales ámbitos de interés el voluntariado social, el educativo y el sociosanitario.
En ese sentido, el informe destaca la feminización del voluntariado, como lo atestigua que quienes lo realizan son un 57,9% mujeres y un 42,1% hombres, lo que confirma la tendencia de los últimos años.
Además, el estudio muestra que un 9,1% de las personas que hacen voluntariado en España tienen discapacidad, lo que, según Luciano Poyato, muestra “un reflejo exacto de la diversidad que encontramos en nuestra sociedad; significa que el voluntariado es tan diverso como el conjunto de la población de este país”.
El reverso de la moneda estriba en que el voluntariado más joven (de 14 a 24 años) representa el 7,1% del total, más de dos puntos menos que en 2022. Los ámbitos que más atraen a las personas que pertenecen a esta franja de edad son el voluntariado de índole social, educativa y el de ocio y tiempo libre.
Ante esta situación, el presidente de la Plataforma del Voluntariado, Luciano Poyato, atestiguó que “este descenso en la participación juvenil ha sorprendido y plantea un reto a las organizaciones sociales porque la solidaridad del mañana se construye hoy, con juventud que participe y se comprometa con las causas que representa el voluntariado”.
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El trabajo también evidencia que quienes participan en la acción solidaria no presentan -o lo hacen con menos frecuencia- problemas asociados con la soledad no deseada. Al contrario, el ejercicio de la solidaridad contribuye a ampliar las redes sociales y proporciona bienestar personal.
Falta de tiempo
En cuanto a las personas no voluntarias, la investigación recoge que la principal causa que se alega es la falta de tiempo para encajar una actividad de voluntariado en la agenda personal, seguida de las cargas familiares, que es invocada por un 25,6% de mujeres, frente a un 16,6% de hombres; el desconocimiento; o la desconfianza.
Por último, un 19,8% de la población, aunque no hace voluntariado formalmente, participa en iniciativas vecinales; mientras que un 19,3% de los consultados que no realizan voluntariado señala que tiene intención de hacerlo en el próximo año, una cifra que se eleva hasta el 22,3% entre quienes ya participan en alguna actividad.